martes, 27 de abril de 2010

Pequeñas satisfacciones...

Cuándo eres madre tu vida empieza a girar en torno a ese ser desde el mismo momento que lo sabes vivo dentro de ti. Pasas malas noches, tu vida deja de ser tuya, sacrificas tus sueños...en fin, vives por y para ellos. Pero nada de esto nos importa, porque son nuestros pequeños y por ellos "matamos", como dice la Esteban.
Me dirán a qué viene esta descarga repentina de "mamitis", pues es que no hay nada mejor en el mundo que ser madre, más cuando te sabes la "mami" de dos pequeños encantadores, que a pesar de lo mucho que han tenido que vivir y, a veces, sacrificar, son capaces de enfrentar el mundo que les rodea como verdaderos campeones.
Ayer estuvimos de reunión en el cole con la profesora de la Maru; en principio me preocupó el hecho de que estuviera sucediendo algo en el colegio y por eso nos llamaban a una reunión a solas con su profesora; ya luego me tranquilicé cuando la niña me explicó que su profesora se estaba reuniendo con todos y cada uno de los padres. Salí hinchada de orgullo de ahí, porque desde el principio fueron sólo halagos y palabras hermosas para Maru, que en todo momento estuvo presente; a la profesora se le acabó el diccionario elogiando a mi pequeña, hasta el punto que terminó diciendo: "con ella me voy al fin del mundo"; nos felicitó como padres y a la niña le pidió que siguiera siendo tan buena como había sido hasta ahora. Se imaginan como salimos de ahí, pues sí, orgullosos de ser sus padres, para que lo voy a negar.
Pero es que aquí no termina la cosa, al llegar a casa, me acordé que el pequeñajo había estado dando la lata para que le ayudara en un cuento que tenía que hacer para la clase de lengua. Como es habitual en él, no dijo nada de este trabajo hasta el domingo en la tarde, cuando me pidió ayuda y yo, un poco, mucho, bastante cabreada, le dije que se fuera a su habitación a hacer sus deberes, porque yo no me iba a poner a hacer el trabajo que le tocaba a él (nueve de la noche del domingo). Total que se marchó, y al cabo de una hora regresó y me dijo: "ya tengo el cuento listo, ¿os lo puedo leer?. Tengo que decir que quedé alucinada con lo que escribió, le sugerí un final distinto, pero quedé flipando en colores con lo que escribió en sólo una hora (ya luego lo publicaré en su blog). En fin, a lo que estaba, cuando ayer en la tarde le pregunté qué tal le había ido con su historia, me dijo: "pues mira tú, que quedó preseleccionado para concurso...", otro "chute" de orgullo para la mami. Como ya dije en una ocasión, no sé si gane o no, y tampoco me importa el concurso, porque para mi ya es todo un ganador.
Por eso empecé esta historia con una repentina descarga de "mamitis aguda", porque es en estos momentos cuando todo tiene sentido, y cuando te dices "valió y vale la pena vivir para y por ellos" y "tal vez no lo estamos haciendo tan mal..."
Peques sigan así, que papi y mami están muy orgullosos de ustedes!!!