Vaya que hace tiempo que no aparezco por estos lugares, pero es lo que tiene el veranito cuando no haces, o no puedes hacer nada, que no da mucho de que hablar; bueno, pero aún no ha terminado, así que quien quita y antes de que se marche hacemos algo. Si es así, ya les contaré.
Lo bueno es que traigo cositas que contar, esta vez los protagonistas son mis hijos y sus ocurrencias, mas bien mi hijo y sus ocurrencias, y creo que a mas de una tía/o y a mas de un abuelo/a les hará sonreír. Resulta que hace unos días estaba de limpieza; la verdad es que yo siempre estoy de limpieza, los que me conocen bien saben, que soy un poco, mucho, bastante paranoica con la organización y la limpieza del hogar, tanto es que mi señor esposo dice que lo mío es casi, casi patológico. Les sigo contando: estaba yo de limpieza y era el día de cambiar las sábanas; esto lo hago una vez a la semana, como todo hijo de vecino, pero cuando pongo sábanas limpias en mi cama, nadie, nadie, nadie puede subirse a ella sin antes haberse bañado de pies a cabeza, y cuando digo de “pies a cabeza” es de “PIES A CABEZA”, porque sino no se suben a mi cama, incluido el que duerme al lado mío; bien, mis pequeños esta “regla” se la pasan por donde les da la gana, es decir, le resbala lo que yo les diga y andan toda la casa descalzos recogiendo sucio en sus pequeños pies, para luego subirse a mis sabanas blancas y limpias donde me dejan toda la mugre que han recogido; hasta que, la semana pasada me cabree, como sólo yo se hacerlo, y les advertí: “Hay del que se pase el día descalzo, recogiendo sucio del suelo, porque a mi cama no se sube; va a ver la televisión sentado en el suelo!!!”; esto, mi hijo, como de costumbre se lo pasó por donde mejor le pareció y venga a andar sin zapatillas por toda la casa, cuando vino a mi cama, lo mandé para el suelo, como le había prometido que haría; justo ahí se dio cuenta de que, esta vez, la cosa si que iba MUY EN SERIO, se marchó llorando a su habitación, hasta que a me dio penina y lo llamé, no antes sin hablar con él y hacerle prometer que no andaría por la casa descalzo recogiendo sucio para luego subirse a mi cama, porque no le iba a dejar; tal parece que esta vez si que me creyó, porque desde entonces tiene las chanclas como pegada a los píes, nunca se le ha vuelto a ver sin ellas, de hecho, si las tiene en el armario y él está encima de la cama, hace una maniobra tipo Tarzán, para poder cogerlas.......
Por el mismo tipo va la siguiente anécdota “made by Jose”. Como los peques están de vacaciones, tienen permiso para quedarse hasta tarde viendo tele con nosotros, o mas bien nosotros viendo tele con ellos, porque nos toca ver: “Yo y el mundo” “El Club de la Herradura” “Hannah Montana” “Phineas y Ferb” “Un chapuzas en casa” entre otros; De la mayoría no me sé el nombre en inglés, pero el chapuzas en casa es el “Home Improvement” de to’la vida. La cosa es, que se quedan hasta tarde, para luego irse a la cama y que no podamos apagar la tele hasta que ellos se duerman; ya cuando estoy harta de hacer “zapping”, y cuando supongo que ya están durmiendo, apago la caja tonta; es ahí cuando comienzan, sobre todo la Maru, a dar vueltas: que si “mami, me duele la cabeza” “me duele la barriga” “tengo sed” “que hora es” “y tú no tienes calor???”; Que quede claro, que esto es todas las noches y, por cada frase, una vez que se levanta, viene a nuestra habitación y nos despierta. Pues mas de lo mismo, una noche, cansada ya de mandarle a dormir y de pedirle que nos dejara dormir, me enfadé, le grité tres coños y la mandé a acostar. Al día siguiente, hicimos una “reunión familiar”, donde les dije, bastante enfadada aún: “desde hoy se van a la cama a las diez de la noche, se acabó irse a dormir a las tantas, para luego no dejar dormir a nadie”; vinieron las protestas y los “Jolines, mami, que injusta eres”. Llegó la noche, pasó la cena y dieron las diez..... ya la Maru había tratado de extender un poco el horario, pero su negociación fracasó; el Jose, mas inteligente, pidió beberse su Coca Cola en la cena, porque ya no iba a poder mas tarde..... los que han podido convivir con nosotros en este lado del charco, sabrán que es casi una costumbre familiar tomarnos una copita de vino antes de dormir, a veces acompañado de unas tapitas (picadera en mi país), y como los niños no pueden tomar vino, pues la bebida de ellos va de Coca Cola; La negociación del pequeño, parecía que tampoco había dado resultado. Pero como todo tiene un equilibrio, el padre intervino, y junto con el casi remordimiento que me estaba entrando, aprovechamos para “negociar” nuevamente con ellos: “Les vamos a dar otra oportunidad, pero si empiezan a dar vueltas a la hora de irse a dormir, se la van a cargar, porque a partir de entonces si que se marchan a las diez, y sin una nueva oportunidad”. Pues bien, las cosas marchan bastante bien desde entonces, pero hace unas noches, se fueron a dormir y, como siempre, la tele se quedó encendida un rato hasta que ellos pudieran dormirse; cuando apagamos y nos acomodamos para dormir, se oyeron unos pasitos, y yo dije: “¡¡¡EMPEZAMOS!!!”, A lo que la voz de mi hijo me respondió: “¡¡¡Eh, que yo voy al baño a hacer pipi!!!”
Esta son las cosas que pasan en casita, y que nos gusta compartir con ustedes, porque es una forma de que puedan verlos crecer y puedan disfrutarlo un “poquito” igual que nosotros lo hacemos.
En la próxima entrega les hablare de como la palabra "titingo" causó estupefacción en la cabeza de mi hijo. No se lo pierdan, hasta otra.